Para esta reseña/crítica el propósito es cuidar mis dedos para no escribir de una manera demasiado pretenciosa… porque para mí esta cinta es el live action no pedido del thriller psicológico ‘Perfect Blue’ (1997) dirigido por Satoshi Kon, o sea algo que ya vi y no me parece propositivo pero sobreanalicemos ‘Smile 2’ el intento desesperado para que los Gen Z se interesen por el terror.

Iniciemos con un poco de contexto, esta entrega es la secuela de ‘Smile’ (2022), el film que inicia la historia de lo que podría ser una franquicia lista para vivir algunos años más, auspiciada por Paramount Pictures; también dirigida y escrita por Parker Finn quien es el encargado de darle estructura a ‘Sonríe 2’, la historia de Skye Riley (Naomi Scott), una pop star rota que retoma su carrera con una gira mundial, después de haber tocado fondo en un accidente automovilístico en donde muere su novio.

Una trama básica que nos revela que la película no tomará grandes rumbos en lo que a terror y sucesos sobrenaturales se refiere, logrando el típico jump scare que te hace sentir ridículx y una risa o dos de los espectadores de la sala, por el sarcasmo suavizado de los personajes.

La trama nos presenta un contexto aspiracional lujoso, en donde el demonio -anónimo desde la parte uno- va tejiendo una red de recipientes humanos, un ejército de siniestras sonrisas que perseguirán a Skye en más de una dimensión para hacerla dudar sobre la realidad, en donde la sangre hace una aparición recurrente para darle un poco de espíritu de terror a este melodrama.

Las drogas, excesos y problemas de salud mental son un punto rescatable de esta película, pues investigaciones en varias áreas científicas y esotéricas, demuestran que llevar a tu cuerpo al límite o no darle importancia al mental health, te hace más propensx o sensible a conectar con energías y entes imperceptibles en la vida tridimensional.

Punto en el que Finn juega un poco dentro de su propio universo, ya que deja a tu interpretación si el demonio fue quien acabo al 100 con Skye o si su propia naturaleza autodestructiva formó parte de ese complot en donde solo eres usado como un vehículo para llevar un mensaje, que en esta ocasión es: sonríe.

Con un estilismo y maquillaje que nos da inspo vibe de ‘The Neon Demon’ (2016, Nicolas Winding Refn) una dirección de foto y arte bastante promedio, y una clara alusión al “Club de los 27”; esta película pasa sin pena de gloria, ni siquiera logrando el hype de su antecesora ‘Smile’, que gracias a su estrategia marketing sobresalió en la cartelera.

Black Outsider rank:  🖤🖤 2/5

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