Adentrarte en el porqué del oscuro deseo de atención, puede llevarte a descubrir que tienes vacíos que solo tú puedes sanar, issues familiares de raíz o que estás dándole tu energía a la persona equivocada; en el peor de los casos, todas las anteriores y más.
‘Sick of Myself’ (‘Enferma de Mí’ )es una master piece del cine contemporáneo, dirigida y escrita por Kristoffer Borgli, esta cinta escandinava es un claro ejemplo de la propositiva visión del cineasta noruego, pues desde la secuencia uno de la película -filmada en 35mm-, el realizador te da un golpe de realidad al introducir al personaje principal Signe (Kristine Kujath Thorp) quien de inmediato muestra la factura de daños que en ocasiones pensamos son comunes en esta vertiginosa realidad.
La ecuación de personajes va sumando al novio de Signe, Thomas (Eirik Sæther) un artista con una incontrolable compulsión por robar muebles para construir su obra, el típico narcista que necesita a una contraparte para reafirmar que es el centro del universo; una pareja bastante desgastante para una mujer que sueña desesperadamente con que alguien la reconozca.
Ya en este punto todos nos damos cuenta, que la constante competencia en esta relación malsana solo es un factor más para que Signe busque a toda costa ser famosa; al grado de idear un plan perfecto: tomar excesivamente un medicamento ruso con efectos secundarios, que le deformará la cara para convertirse en una víctima en redes, ¡todo sea por los likes, mensajes y por qué no, hasta una nota mediática!
Esta comedia de humor negro tiene un affair bastante visible con el body horror, que te hará querer cerrar lo ojos, incomodándote bastante pero al mismo tiempo despertará tu percepción de manera magistral y natural con un argumento aparentemente sencillo pero que tiene más de una capa que te llevará a cuestionamientos internos bastante deeps, sin siquiera haber salido de la sala de cine.
Otra cosa que me llamó la atención de la historia fue el estilismo. El vestuario como vehículo de comunicación es algo que te puede dar más que una complemento de la paleta de color a cuadro, te puede regalar pequeños fragmentos sobre la historia de vida del personaje y en este caso; nos revela quién no “validó” la existencia de Signe -antes que Thomas- sin tener que insertar un flashback… (Evito el spoiler)
Por otra parte, la sátira a las redes sociales, la limitada y falsa inclusión en la publicidad, y el constante debate sobre las neurodivergencias, se convierten en sólidos pilares de un templo en donde se venera el físico y la aceptación de desconocidos como una parte importante de la liberación del ser y el éxito personal.
Sin pensarlo dos veces, creo que este es un film que puede moverte más de una fibra, hacerte reflexionar mientras ríes nerviosamente… viendo cómo Signe está dispuesta acabar con ella misma para ser reconocida, regalándonos un retrato lleno de modernidad en donde cualquiera puede volverse famoso para convertirse en el ser más efímero devorado por el deseo colectivo.